Este 8 M ha sido muy especial para mí. He tenido el privilegio de fotografiar a mujeres emprendedoras y empleadas de la Asociación de Comerciantes de Requena. He de reconocer que, aunque ha sido un trabajo monumental y en una época en la que estoy a tope de reportajes, me he sentido genial realizando este proyecto, sobre todo por la bonita experiencia que he vivido conociéndolas y fotografiándolas. Me he sentido identificada con muchas de ellas, por eso he decidido poner una pequeña muestra de las diversas fotos que están expuestas en el segundo tramo de la avenida de Requena. Os invito a pasar y conocer a estas mujeres que os atienden día a día en lo comercios locales de esta cuidad, nada que ver con un centro comercial. No olvidemos la ventaja de comprar en el comercio de tu comarca, el trato es mucho más personalizado con diferencia, la confianza que te aportan. Dado que en este tipo de entornos todos nos conocemos, esa cercanía es incomparable con cualquier gran superficie. Asimismo, a través de la visita y compra en nuestros comercios, fomentamos la economía local y ayudamos a nuestros vecinos y vecinas autónomos a que continúen ofreciendonos con tanto cariño su servicio.
Además, quisiera aprovechar para dedicar unas palabras sinceras y llenas de admiración a todas aquellas mujeres sin cara y sin voz que están sufriendo cualquier tipo de maltrato y discriminación de cualquier tipo de género(no olvidemos que existen también parejas homosexuales de ambos géneros que también sufren maltrato). Aprovechando este día, quiero que nos acordemos todos de la guerra de Siria, Yemen, Ucrania y Afganistán. Todas esas mujeres que se quedan sin marido y sin hijos porque tienen que ir al frente, niñas que no pueden acudir a la escuela, las cuales son destruidas, mujeres que son violadas por el enemigo durante confrontaciones entre países y jóvenes que son raptadas para la prostitución durante este conflicto. La última noticia indignante para el mundo entero ha sido la privación de la libertad de las mujeres afganas a través de la prohibición de su asistencia a la escuela, acceso al mundo laboral y múltiples restricciones más, condenandolas a permanecer el resto de sus días en el anonimato encerradas en sus casas con matrimonios concertados, las más valientes acuden a colegios clandestinos arriesgando su vida. Un ejemplo claro de que la valentía de las mujeres reside en todas es Malala, una joven luchadora pakistaní que arriesgo su vida para acceder a la educación y a la igualdad de las mujeres de Oriente, la cual ha sido la mujer más joven, con tan solo 17 años, en recibir el Premio Nobel de la Paz.